lunes, 23 de mayo de 2011

EL SILENCIO-HERRAMIENTA PARA EL AUTOCONOCIMIENTO


El silencio Interior como herramienta para el autoconocimiento



En el mundo actual, tan lleno de ruidos, de televisores encendidos las 24 hs. Del día. De equipos de audio sonando a todo volumen, poco y nada se valora el silencio.
No se le encuentra sentido. Sin embargo es tan necesario para echar una mirada hacia adentro nuestro, los que algunos llaman "introspección interior".
Es la contemplación interior de la VERDAD de nuestro ser. Conocernos, saber quiénes somos. Ver nuestros talentos y falencias, carencias afectivas, pasado gris, son cadenas que nos esclavizan.
El silencio en Jesús, porque es Dios, es mutismo en su intento de no confundir más todavía a los pecadores, como cuando enfrenta en silencio a Caifás o a Herodes con una actitud de suprema e infinita bondad.
Hoy hemos perdido el valor y el sentido del silencio y junto con él, la posibilidad de serenarnos, conocernos y ponernos en una postura y actitud de cambio.
Desechar desde adentro lo que nos daña y a la vez lastima a los demás como efecto colateral.
Hemos perdido la faculta de contemplar la belleza de la creación, a la que aturullamos del mismo modo en que nos aturdimos a nosotros mismos.
El ruido nos quita, nos roba, nos priva de la contemplación de la Creación y de nuestro propio interior.
En los pocos momentos de silencio que nos toca vivir, a veces impuestos por las circunstancias, sólo encontramos amargura y frustración. El desaliento nos hace trizas- la depresión de hombres y mujeres de hoy-porque en esa brevísima mirada interior, poco hallamos que nos proporcione alegría, ya que poco ahondamos, inspeccionamos y sólo nos quedamos con lo doloroso.
Por eso el silencio obligado y con tan sucinto análisis se nos vuelve un grito desgarrador, impiadoso, un insulto, una ofensa, que nos hiere primero, cual cirujano con bisturí en mano, que nos punza para devolvernos la salud después.
Pero la perseverancia, la constancia y la paciencia en la práctica del silencio, al menos una hora al día, abrirá nuestros ojos para ver más allá de dolores pasados o presentes, para hallar dentro nuestro y en el exterior herramientas para usarlas en provecho nuestro y que nos devolverán paulatinamente alegría, paz y gratitud. La vida misma que se nos concede cada vez que abrimos los ojos en la mañana ya es un motivo de alegría y gratitud a Dios.
Las personas que viven con los articulares puestos, con el celular continuamente encendido, música, televisión, Internet, dejando una cosa y tomando otra, es casi nula la posibilidad de que pueda iniciarse en la práctica delsilencio y en el autoconocimiento, sin desprenderse de todos sus elementos antes.
El domingo, día del Señor, para los creyentes es un buen día para comenzar a ejercitarnos en el silencio. Apaguemos por una hora todos nuestros aparatitos ruidosos y miremos nuestro ser por dentro pensando en Dios que nos concedió la vida y que nos pensó desde toda la eternidad. Con seguridad no nos arrepentiremos de tomarnos un tiempo para nosotros y Dios en el silencio.  La sabiduría brota de esa contemplación precisamente y de esa unión.



© Copyright
All rights reserved

No hay comentarios:

Publicar un comentario